Eso expresa el periodista Loret de Mola, ante la decisión del presidente mexicano sobre no vacunar prioritariamente al personal médico privado. Agrega que AMLO exhibe prejuicio e ignorancia.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), insistió hace unos días que el personal médico que trabaja en clínicas, hospitales y farmacias privadas no está en la “primera línea” de combate contra el COVID-19 y, por tanto, no tiene prioridad para recibir la vacunación. “Que nos esperen”, dijo. Eso es lo que enuncia el periodista Carlos Loret de Mola en su columna en Washington Post.
Explica que para AMLO, “no es justa” la exigencia de que sean vacunados primero los médicos, médicas, enfermeras, camilleros y afanadores que no trabajan en los hospitales del gobierno.
Y agrega que, la postura del gobierno mexicano es que ellos deben esperar su turno por la vacuna, como a cualquier ciudadano, por su rango de edad y será en los próximos meses.
Tarik Jasarevic, vocero de la OMS
Sostiene que, con ese proceder, desoye la recomendación de la Organización Mundial de la Salud, la cual ha destacado que los gobiernos del mundo deben vacunar a todo el personal de salud, como su prioridad principal.
“Uno de los grupos que primero deben ser vacunados son los trabajadores de salud, y lo hemos repetido varias veces”, dijo su portavoz Tarik Jasarevic a la revista Proceso.
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¿Cuál es el argumento para esta medida?
Considera que la postura de Hugo López-Gatell, subsecretario de Salud encargado de la estrategia contra la pandemia, fue clara e insostenible bajo cualquier criterio científico: “los doctores son personas que tienen dinero”.
Recuerda que meses atrás el presidente había dicho durante su conferencia matutina que los médicos privados solo “buscaban enriquecerse” y que eran “mercantilistas”.
OMS: Año de los trabajadores sanitarios y asistenciales 2021
El periodista explica que esa es una medida política y una que ha causado indignación no solo entre la comunidad médica, sino la población en general.
Además comenta ciertas estadísticas que llaman la atención y puede que signifiquen a nivel internacional una pérdida de crédito por parte del presidente mexicano. Los datos de la Unión Nacional Interdisciplinaria de Farmacias, Clínicas y Consultorios registran 137 casos de defunciones de médicos que atienden en farmacias o en consultorios de barrio desde marzo de 2020, cuando inició la pandemia.
Afirma que, México ha sido el país más letal para personal del sector salud, según la Organización Panamericana de la Salud, con un total acumulado de 3,534 muertes. Son trabajadores que no son ricos ni tienen para pagar un vuelo a Estados Unidos y conseguir ahí la ansiada vacuna.
Entonces expresa su más llamativo comentario: “Impedir la vacunación al personal médico que no está en hospitales públicos es una medida arbitraria y criminal”.
Prejuicio e ignorancia
AMLO ha mostrado repetidamente su arraigado prejuicio contra todo lo privado. Su gobierno es un catálogo de políticas públicas basadas en este prejuicio.
Tras más de un año de pandemia se ha aferrado a su política de no destinar dinero público para apoyar a las pequeñas empresas porque le parece una práctica “neoliberal” y condenable “rescatar” a los empresarios “como se hacía antes”, en los que siempre llama “gobiernos corruptos”.
“El prejuicio exhibe ignorancia: piensa que todos los empresarios del país son acaudalados corruptos que tienen yates y aviones privados. En realidad, de los 4.9 millones de establecimientos del sector privado y paraestatal, 99.8% son micro, pequeños y medianos.”
El periodista Carlos Loret de Mola del Washington Post
Luego, expresa algo que es real, acerca de lo que han resuelto diferentes gobiernos y es que, casi todos en el mundo apoyaron a los empresarios para que no quebraran y así se preservaran empleos. Lamentablemente parece que en México eso no ocurre.
De los 4.9 millones de establecimientos micro, pequeños y medianos que había en México, más de un millón (20.81%) cerraron sus puertas definitivamente hasta diciembre de 2020. Salvarlos hubiera significado salvar empleos, relata Loret de Mola
El viejo enfrentamiento de ricos contra pobres
Dice que, AMLO ha alimentado una narrativa de ricos contra pobres. Los pobres son los que llama “pueblo”.
Habla de la “imaginería” ideológica de López Obrador donde, los ricos o “fifís”, simbolizan la maldad, el delito, la impunidad, la corrupción.
También comenta que el que “el Ejército se encargue cada vez más de realizar obras públicas tiene que ver con el mismo prejuicio: “es mejor ponerla en manos de los soldados surgidos del “pueblo” que en las malvadas empresas privadas ávidas de lucro y proclives a la corrupción”.
Comparaciones peyorativas e hipocresía
Destaca Loret de Mola que el presidente critica a los mexicanos que han estudiado fuera del país porque van “a aprender malas mañas” y que “los equiparó con Michael Corleone, el personaje de la novela El Padrino”, que de acuerdo a la versión propia fue al extranjero a estudiar y allí se convirtió en criminal.
Pero, hay algo que no ve y eso es, su propia hipocresía y la de sus allegados. ¿Por qué?
Porque “su gabinete y su partido están llenos de hombres y mujeres con cuantiosas fortunas, que estudiaron en el extranjero y en universidades privadas mexicanas; en sus emergencias médicas, el presidente y su familia han acudido a atenderse en hospitales privados; y sus hijos (al menos uno de ellos se da vida de magnate “fifí”) estudiaron en escuelas privadas”.
“AMLO odia lo privado y tiene una fe ciega en lo público”
Esa es otra expresión del periodista, quien comenta que López Obrador culpa de la decadencia económica de México al “modelo económico neoliberal que privatizó lo que antes era del Estado”.
Mientras que anhela “restaurar el monopolio del sector público sobre la energía para arrebatarlo de las, a su juicio, malévolas empresas depredadoras mexicanas y, sobre todo, extranjeras”.
No obstante Loret de Mola reconoce que es cierto que, ciertas “manos privadas muchas veces han abusado y corrompido, y se han vuelto ineficaces y lastres para el desarrollo del país”. Pero, dice que el presidente “olvida” que antes del defenestrado “periodo neoliberal” la corrupción era desenfrenada.
López Obrador presentando un discurso.
“Habla como si antes de 1988”, antes de las privatizaciones, nadie nunca hubiera robado en las grandes empresas paraestatales.
Critica su desconocimiento de la historia mexicana y dice que olvida lo que sufría la población mexicana con esa administración.
“Como ocurre siempre con las decisiones basadas en prejuicios, las suyas son impermeables a la razón”.
Concluye diciendo que ve como un peligro “su gestión basado en la polarización, la división y la propagación de odio” y como un camino ideológico cargado de ineficacia y futilidad.