Este martes, en el Consejo Federal de Inversiones (CFI), los gobernadores peronistas se reunirán para sentar una postura antes de que inicie el gobierno de Javier Milei. Harán el mismo ejercicio político que protagonizaron la semana que pasó los gobernadores de Juntos por el Cambio. En ambos casos la intención es mostrarse como un bloque de poder con intenciones de brindar gobernabilidad, pero también discutir los pormenores de la gestión.

La diferencia sustancial entre los dos grupos de gobernadores es que el del oficialismo sufrirá varias bajas a partir del 10 de diciembre, mientras que el de Juntos por el Cambio ya se inscribió en el escenario político con nueve mandatarios electos más el correntino Gustavo Valdés, que tiene mandato hasta el 2025. Es un bloque completamente nuevo que, frente a la fractura que sufrió la coalición que componen, quieren concentrar poder unificando criterios y movimientos políticos.

Actualmente los gobernadores peronistas y los que jugaron cerca del oficialismo durante la gestión del Frente de Todos son 19. La mayoría estará en el encuentro del martes. De ese total, ocho seguirán en sus cargos y tres no estarán, pero en la gobernación seguirá un representante de su fuerza política. El resto perdió las elecciones y sus lugares serán ocupados por dirigentes de Juntos por el Cambio.

Los que siguen en sus cargos son Axel Kicillof (Buenos Aires), Raúl Jalil (Catamarca), Gustavo Melella (Tierra del Fuego), Gustavo Saénz (Salta), Gildo Insfrán (Formosa), Gerardo Zamora (Santiago del Estero ), Sergio Ziliotto (La Pampa) y Ricardo Quintela (La Rioja). De ese grupo, el mandatario salteño es el que suele moverse más lejos y con autonomía.

La rionegrina Arabela Carreras le deja su lugar a Alberto Weretilneck, ex gobernador y jefe político de Juntos somos Río Negro. El tucumano Juan Manzur ya le entregó el mando a Osvaldo Jaldo, quien fue su vicegobernador durante gran parte del mandato que se inició en el 2019 y gobernó la provincia en el tiempo que Manzur estuvo al frente de la Jefatura de Gabinete. En tanto, el misionero Oscar Herrera Aguad le dejará su lugar al ex mandatario Hugo Passalacqua.

Alberto Rodríguez Saá (San Luis), Jorge Capitanich (Chaco), Gustavo Bordet (Entre Ríos), Omar Gutiérrez (Neuquén), Mariano Arcioni (Chubut), Alicia Kirchner (Santa Cruz), Sergio Uñac (San Juan) y Omar Perotti (Santa Fe), dejarán sus lugares antes de fin de año, por lo que el bloque de gobernadores oficialistas – que en pocos días saltará al bando opositor – sufriría una importante reducción.

En principio, a partir del 10 de diciembre, no habrá gobernadores oficialistas porque La Libertad Avanza (LLA) no ganó en ninguna provincia durante las elecciones que se realizaron a lo largo del año. Una vez que empiece a girar el gobierno de Milei, comenzará a dilucidarse cómo se moverán los mandatarios respecto al nuevo eje de poder. Es posible que el mapa político sufra alteraciones y se reconfigure a lo largo del primer año de gestión libertaria.

Los gobernadores peronistas serán una de las terminales influyentes en la reconstrucción del peronismo. Un debate que tomará mayor fuerza una vez que arranque el nuevo gobierno y los nombres propios más trascendentes de Unión por la Patria (UP) comiencen a moverse en el tablero político y construyan el nuevo discurso opositor.

Los gobernadores suelen ser pragmáticos por necesidad. Tienen que gobernar y, en muchos casos, necesitan de recursos del estado nacional para que las cuentas cierren. Los peronistas que estuvieron a lo largo de la gestión de Macri lograron encausar un buen vínculo con el ex presidente. Quizás una muestra concreta de eso fue que la mayoría respaldó el cambio en la ley de movilidad jubilatoria del 2017, lo que generó graves incidentes en los alrededores del Congreso entre la Policía y militantes de grupos de izquierda y kirchneristas, además de afiliados sindicales e integrantes de movimientos sociales.

En la reunión que se llevará a cabo el martes, los gobernadores tienen pensando discutir una postura común sobre la decisión del presidente electo de frenar la obra pública para reducir el déficit. Los mandatarios temen un corte profundo de recursos y que eso termine generando un impacto directo en lo más básico de las gestiones provinciales, como es el pago de sueldos y el pago a proveedores del Estado.

En paralelo, otro de los temas que estarán en la mesa ovalada del CFI es el pedido que los gobernadores del norte ya le hicieron a Alberto Fernández para que, a través de un DNU, incorpore a la masa coparticipable el 25% de la recaudación del impuesto de débitos y créditos bancarios, y el 35% de la recaudación del impuesto País para compensar fiscalmente a las provincias, como consecuencia de la merma de recursos que hubo por la decisión de Sergio Massa de eliminar, mayoritariamente, el impuesto a las ganancias.

“Hay que seguir insistiendo en que hay cosas que no se pueden paralizar y se debe seguir trabajando. Hay que insistir que la obra pública debe continuar no solo la que está en curso sino la que falta por hacer”, sostuvo el sanjuanino Sergio Uñac un par de días atrás, además de anticipar que “si no hay plata para la obra pública, más de 10.000 trabajadores de la construcción quedarán sin trabajo”.

“No vamos a parar la obra pública hasta que no tengamos comunicación concreta del próximo gobierno. Hay que tomar medidas porque no quiero parar la obra pública. Estamos haciendo puentes en San José con fondos nacionales, puentes en Santa María, rutas en Antofagasta, estamos haciendo viviendas, la ruta 1 a Aconquija, obras que son muy importantes para el turismo y la minería”, fue el mensaje de catarmaqueño Raúl Jalil.

Los temas que estarán en la agenda sirven para argumentar la reunión en la que darán un mensaje político. El contenido del comunicado y la foto que saquen será un gesto antes de que Milei abra su gestión el domingo 10 de diciembre. Señales del accionar futuro e inmediato. Anticipos de los movimientos tácticos y de los reclamos que quieren mantener en alto.

Los gobernadores, sobre todo los que seguirán gestionando cuatro años más, no tienen voluntad de enfrentar a Milei desde un primer momento, pero sí deben plantar una postura pública sobre cómo afectaría a sus provincias las medidas que el libertario tiene pensando aplicar en el comienzo de su gestión. El rompecabezas de la política nacional se empezó a rearmar. Los fondos, la ideología y el poder atraviesan esta nueva etapa de definiciones.