La historia de Rosa Peral, la policía española que asesino a su pareja e intentó inculpar a su ex marido.
En diciembre de 2020 se conoció la sentencia sobre Rosa Peral y Albert López a 25 y 20 años de prisión respectivamente, por el asesinato de Pedro Rodríguez cometido el 1 de mayo de 2017, en lo que se conoció en España, como el crimen de la guardia urbana.
No obstante, Rosa Peral en prisión desde 2017, se convirtió en noticia y en un contenido reclamado por los medios recientemente, debido a otros hechos, aparte de ser noticia por una serie que plasmó para la pantalla vía streaming, el asesinato en el cual participó.
Ocurre que hace pocos días, el pasado miércoles 4 de octubre, según cuenta Okdiario, fue cuando, la celebérrima asesina, pudo recuperar la comunicación con el exterior de la forma habitual, como las demás reclusas.
Esto ocurrió después que, el Departamento de Justicia de Cataluña decidiera restringirle comunicaciones y visitas debido a lo que consideró mal uso de las comunicaciones. Esto ocurrió luego de que la reclusa concediese diversas entrevistas telefónicas y una declaración extensa con imágenes de video para un documental de una plataforma de streaming donde cuenta su versión.
Todo empezó en 2017 cuando Peral y López planearon deshacerse de Rodríguez, quien se había transformado en un estorbo, sea para sus planes o para su reputación en la vida y en la fuerza policial.
Llevaron a cabo un ordenado plan para inculpar al ex de Rosa, pero este falló porque Rubén tenía cómo probar donde había estado en aquel momento. Y, además, López llevaba su móvil consigo, lo que permitió establecer que él, se hallaba cerca del de Rodríguez en las citadas circunstancias, cuando aparentemente éste, ya estaba muerto.
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Después, los investigadores no tardaron en cambiar de hipótesis e investigaciones y apuntar a la misma Rosa como posible homicida, lo que terminó comprobándose.
Policía y asesina, pero también seductora
Para Toni Muñoz, Rosa Peral es “una mujer con una personalidad particular, muy guapa, muy seductora, que utilizaba el arma de la seducción para hacer lo que le daba la gana, como simultanear relaciones y, a pesar de todo, fascinante. Es el autor del libro “Solo tú me tendrás”, el más completo sobre el caso del crimen de la Guardia Urbana. Él cuenta a Adelaida del Campo, de Confilegal por qué entrevistó a Rosa en prisión: “yo tenía ganas de darle voz a ella también y realmente tiene un discurso muy convincente, más allá de las palabras, su manera de narrarlo, su capacidad de persuasión y de seducción…, que estoy seguro de que utilizará también durante el juicio. Pero cuando tomas distancia te das cuenta de que su versión hace aguas por todas partes”.
Sigue: “Es muy difícil de explicar que durante diez días actuase bajo un miedo insuperable a Albert, como dice, cuando al mismo tiempo enviaba fotos sexuales a su vecino de enfrente tan sólo dos días después de quemar el cadáver de Pedro y esto es solo un ejemplo, toda su actuación tras el crimen no fue precisamente de miedo”.
Sobre el perfil que observa en la protagonista dice: “ella tiene una reacción fría respecto a Pedro y su familia, pero sufre por sí misma cuando se ve acorralada, también con respecto a la custodia de sus hijas, pero en cuanto a los demás tiene pocos escrúpulos, es de una frialdad brutal, con poca empatía excepto con su entorno más próximo. […] Pero también hay que tener en cuenta que en el momento de crimen, aparte del juicio por la pornovenganza, ella está en trámites de divorcio, pendiente de la custodia de sus hijas, con un novio que la controla mucho, sin saber si volver o no con Albert…, en fin, toda una serie de circunstancias que añaden más presión hasta que todo acaba estallando con el crimen”.
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En su relato el escritor y periodista concluye: “Si me baso en la investigación y la instrucción, yo creo que ellos actuaron de común acuerdo en una acción conjunta y premeditada, con el mismo grado de responsabilidad. Porque, aunque se culpan el uno al otro, se cuidan muy mucho de dar detalles de lo que pasó aquella noche”.
¿Consideraron que Pedro era un estorbo para la relación que había retomado? ¿Intentaron incriminar a Rubén, acercando el teléfono móvil de la víctima a la casa de su exmarido? ¿Querían hacer creer a los investigadores que Pedro había ido a casa de Rubén a arreglar cuentas pendientes, y que este lo había matado? Aparentemente, sí. Felizmente para Rubén, cuando el teléfono de Pedro –que ya había sido asesinado– perdió la señal junto a su casa, él estaba en el gimnasio. No necesitó muchas explicaciones para convencerlos de su inocencia respecto de aquel crimen.
“Diría mi abuela: esta mujer era insaciable”
Para el periodista Álvaro González del diario digital Culturplaza, este crimen tiene como base la estupidez humana. El dice: “Nos podemos engañar todo lo que queramos, confesarnos personas muy interesadas en la complejidad de la mente del criminal, pero la frase que diría mi abuela frente al televisor sería un escueto y preciso: ‘redios, esta mujer era insaciable’”.
Siguiendo con su interpretación agrega: “También podríamos fingirnos ilustrados franceses y estar interesados en el móvil del crimen. […] Mi hipótesis es que podría existir la amenaza de que Pedro, el finado, tras una ruptura largase información delicada sobre las patrullas de Rosa y Albert, sus asesinos condenados. Si Pedro representaba un peligro para la carrera profesional de ambos, tiene lógica que lo hubieran querido eliminar. Sin embargo, su caso más complicado, el del hombre que se cayó esposado por una altura de Montjuit, ya estaba sentenciado”.
Pero, él va más allá al comentar: “Igual hay algo que no sabemos y que no ha salido a la luz, también puede ser. Pero lo más probable es que el móvil del crimen sea la estupidez humana, no exenta en este caso de una crueldad repugnante. Rosa ya tenía un divorcio a sus espaldas y perfectamente podía haberse apartado de este hombre como hace todo el mundo, con una ruptura dolorosa, psicológicamente indigerible y quién sabe si problemática, porque por lo visto Pedro podría haber tenido la mano larga”.
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Mientras que, Óscar Tarruella, un experto en psicología criminal dice que Rosa Peral es una “psicópata narcisista, mentirosa, manipuladora y utilizaba sus dones físicos”. Entrevistado por OKdiario el especialista explicó que es: “una psicópata integrada, es decir, un psicópata que aparenta normalidad pero que vive entre nosotros sin despertar sospechas: es atractiva, goza de magnetismo… y presenta cierto maquiavelismo (…) Son lo más parecido a un depredador alfa en la naturaleza salvaje. No son idiotas, no se cogen como víctima a una persona como ellos. En el caso de Rosa utiliza un elemento muy común en el efecto psicópata: la triangulación. Puede ser de tipo amorosa, laboral o de la forma que sea con el fin de usar a determinadas personas”.
De una forma u otra la mujer, juzgada por justicia como responsable de la muerte de su pareja y en boca de toda la sociedad española por los múltiples amantes que tuvo, no es notica porque gano dinero estando en prisión solamente, sino porque jamás reconoció la autoría del crimen, ni se mostró en ella signo alguno de arrepentimiento por lo sucedido.
En síntesis, Rosa Peral podrá volver a convivir con la humanidad libre, cuando tenga la edad de 61 años, el momento en que se cumpla su condena efectiva.
No hay que ser muy imaginativo, ni especialista en redes sociales para notar cómo este caso dividió las aguas entre los defensores del ultra feminismo y los “contra”. Estos últimos afirman que los asesinatos no son una cuestión de sexo o género, sino de oportunidad y personalidad. Mientras que los sectores feministas tratan de destacar que esta mujer fue condenada por la sociedad sólo por su vida sexual activa y con distintos compañeros al mismo tiempo.
Seguramente esta historia seguirá dando qué hablar.