El final de la era Netanyahu. Es un derechista que está «orgulloso» de serlo. Su postura hacia Palestina.

Benjamin Netanyahu finalmente perdió su trabajo como primer ministro de Israel.

Lo cierto es que, durante 12 años, había logrado aferrarse al poder, esquivando los intentos de destituirlo y defendiéndose de un juicio por corrupción.

Aún, ante un mundo con cambios imprevistos, tal vez, hace unos meses nunca hubiera imaginado una situación como la de hoy. Le sucedió que, un grupo inusitado de rivales políticos, desde ultranacionalistas hasta árabes islamistas, se unieron con un objetivo común: derrocar finalmente al «rey Bibi», como se conocía al ahora ex primer ministro.

Una impensada alianza de ocho partidos de ideologías y tendencias diversas logró sellar este domingo el destino de Netanyahu y desplazarlo del poder colocando en su lugar a uno de sus antiguos aliados: el millonario Naftali Bennett.

Pero ¿quién es el nuevo mandatario israelí?

Se identifica con la derecha

Cuando se involucró por primera vez en la política, Naftali Bennett era un aliado de Benjamin Netanyahu, incluso su protegido.

Se desempeñó como asesor de Netanyahu, su asistente principal y su jefe de gabinete. También dirigió los ministerios de Educación y Defensa en los gobiernos recientes del primer ministro saliente.

Ideológicamente, está mucho más cerca del líder del partido Likud que de sus socios en la coalición.

Como Netanyahu, es un derechista y se ha declarado «orgulloso» de serlo.

En algunos temas, se le considera incluso más a la derecha que su antiguo jefe, y él está de acuerdo.

Recientemente Bennett le dijo al Times of Israel: «Soy más de derecha que Bibi, pero no uso el odio o la polarización como herramienta».

Bennett rechaza abiertamente la idea de un estado palestino independiente en Cisjordania y Gaza.

«No le daría ni un centímetro más a los árabes», dijo en 2018. «Tenemos que abandonar la idea de que si les damos más territorio el mundo nos adorará».

Se le conoce como defensor de la idea de que Israel construya asentamientos en la ocupada Cisjordania. De hecho, fue líder de Yesha, el principal movimiento de colonos en Cisjordania, y lo ha convertido en una parte importante de su plataforma política.

Pero Bennett no siempre ha sido un político.

Al comenzar la década de 2000, este hijo de inmigrantes procedentes de San Francisco (EE.UU.) ganó millones trabajando en la industria tecnológica.

También, en 1999, formó la start-up Cyota, una empresa de software antifraude que finalmente vendió por US$145 millones.

En la actualidad, es el líder de un partido de derecha llamado Yamina, que, a pesar de ocupar el quinto lugar y solo ganar siete escaños en las elecciones recientes, se convirtió en la pieza clave para permitir la formación de un nuevo gobierno en Israel.

Fueron aliados, ahora son rivales

Aunque tuvieron una larga relación de trabajo, Netanyahu y Bennett ya no son aliados.

Es de público conocimiento que ambos comenzaron a distanciarse a fines de la década de 2000, después de que Bennett dejara su puesto de asistente principal.

Aunque pasaron por una disputa muy pública, continuaron trabajando juntos en futuros gobiernos de coalición, y Bennett ha ocupado varios cargos en el gabinete, incluido, más recientemente, el de ministro de Defensa.

Naftali Bennett se convierte en nuevo Primer Ministro de Israel

Si bien, es la primera vez que Bennett desafía formalmente a su antiguo mentor y Netanyahu no se lo ha tomado a la ligera.

«No hay una persona en el país que hubiera votado por ti si lo hubieran sabido», reprochó Netanyahu cuando se anunció la formación de la nueva coalición de gobierno con Bennett.

No es ajeno a las controversias

También es conocido que, por su fluidez con el inglés y su habilidad para relacionarse con los medios, a menudo aparece en cadenas de televisión extranjeras defendiendo las acciones de Israel.

Igualmente, se sabe que no es ajeno a las polémicas.

En un debate televisivo nacional, una vez le dijo a un parlamentario árabe israelí: «Cuando todavía te balanceabas de los árboles, teníamos un estado judío aquí».

También ha dicho que la formación de un estado palestino sería un «suicidio» para Israel.

«Incluso si el mundo nos presiona, no nos suicidaremos voluntariamente», dijo en 2015.

Esta es la novedad que afectará a Israel desde ahora, pero no solo a ellos sino que también a los árabes que viven en Palestina, ya que sus decisiones tendrán impacto en sus vidas. /bbc