La menor disponibilidad de hacienda de consumo generará presión en los mostradores de las carnicerías en el tramo final del año, según indicaron operadores del negocio ganadero.

En este contexto, el Gobierno nacional busca frenar el aumento de precios en alimentos sensibles y con ese fin aplicó un cupo a las exportaciones cárnicas, que fue liberando de manera gradual. En paralelo, el valor de los bovinos livianos para reposición se encuentra en su máximo histórico y aumenta su brecha con vacunos destinados al mercado interno.

En el Mercado de Liniers, los negocios se llevan a cabo por dos caminos bien separados. Por un lado, los exportadores se concentran en la vaca con destino a China, con ventas externas que apretaron el acelerador, a partir de la reapertura anunciada por el Ministerio de Agricultura y un leve repunte en la cotización de esta categoría.

En la otra vereda, los abastecedores están con las cámaras bien provistas y compran en la medida de sus necesidades y ante una menor presión de la demanda, el valor de novillitos y vaquillonas se encuentra estable.

De acuerdo a estadísticas oficiales, el precio de venta al público en las carnicerías bajó un 2,4% en los últimos tres meses. Además, la Casa Rosada relanzó el programa de Precios Populares, compuesto por 6.000 toneladas mensuales, con nueve cortes parrilleros disponibles en supermercados.

Sin embargo, consignatarios advirtieron que en los próximos dos meses, se empezará a sentir con fuerza el faltante de novillitos y vaquillonas, situación que trasladará presión alcista a los mostradores. «La suba no será escalonada, será repentina», estimó un martillero que recorre a diario las pasarelas de Liniers.

En este contexto, se espera que las principales categorías de consumo en ese mercado concentrador registren un aumento de hasta 20%. La incógnita es cuánto de este incremento se trasladará a los precios. «Los mostradores están contenidos por el momento, no se pueden trasladar aumentos», reconoció un abastecedor. La misma fuente afirmó que en las próximas semanas, el faltante de hacienda y la mayor presión del consumo empezarán a trasladarse a las pizarras de las carnicerías.

«El aumento llegará a todos los cortes y luego cada comercio verá como los administra, de acuerdo al bolsillo de sus clientes», afirmó.

En el caso de la hacienda de reposición, promedia los 265 pesos por kilo, techo histórico para esta categoría. Además de la faceta productiva, los ganaderos buscan una opción rentable para reinvertir sus utilidades y la invernada pasó a convertirse en un refugio de valor. Esta situación, sumada al faltante general de bovinos, imprime una dinámica alcista a las cotizaciones.

Fuente: Bae Negocios