La Toma de la Bastilla modificó el curso de la historia hace 231 años. Aquel martes 14 de 1789 se dio inicio a la Revolución Francesa, la cual desintegro el Antiguo Régimen con el fin de instaurar una nueva sociedad libre e igualitaria.

El 14 de julio de 1789 el pueblo de París asaltó la Bastilla, una fortaleza medieval de la ciudad que entonces era usada como prisión y arsenal.

Luis XVI, atemorizado por el desbordamiento de los acontecimientos políticos desde mayo, concentró tropas en los alrededores de la capital.

Las demandas crecientes de poder de la Asamblea Nacional, la destitución del ministro Necker y el alza constante del precio del pan crearon una situación explosiva.

La mañana del 14 el pueblo y algunos soldados disidentes asaltaron Los Inválidos para conseguir fusiles y se dirigieron a La Bastilla en busca de pólvora.

Ante las negativas del gobernador de la fortaleza recurrieron a la artillería para doblegar a los escasos defensores y la tomaron, liberando a los prisioneros y apropiándose de las armas.

El hecho fue interpretado en todo el país como la caída de un símbolo del absolutismo y el comienzo de una nueva era.