Personalidades y clubes despiden a un verdadero maestro de generaciones en el fútbol nacional, el admirado Carlos Timoteo Griguol.

A los 86 años, Carlos Timoteo Griguol, maestro del fútbol argentino y extécnico campeón con Rosario Central, Ferro y River, falleció este jueves. Se encontraba internado y en grave estado a raíz de un cuadro de neumonía agravado por Covid-19, más allá de haber sido vacunado en febrero.

La confirmación de su deceso la dio su yerno, el exfutbolista Víctor Hugo Marchesini, quien a través de Twiter escribió: «Se nos fue Timo. Gracias por todo Viejito, imposible no tenerte presente minuto a minuto. Te voy a extrañar. QEPD».

Lamentablemente, el histórico ex entrenador estaba muy complicado de salud por un cuadro de neumonía agravado por coronavirus. Tenía 86 años. Dejó una huella inigualable en Gimnasia y fue campeón con Rosario Central, Ferro y River.

El legendario entrenador de Ferro, Gimnasia y Rosario Central, entre otros clubes, se encontraba en el sanatorio porteño Los Arcos. A su lucha con la enfermedad de Alzheimer, se le sumó la afección pulmonar agravada por el coronavirus.

Había sido vacunado contra el coronavirus a fines de febrero, pero tanto él como su esposa contrajeron la enfermedad poco tiempo después. Si bien había presentado síntomas de leves mejorías, su salud se deterioró rápidamente en los últimos días.

Recientemente, después de que trascendiera la falsa noticia acerca de su muerte, el plantel de Gimnasia le había hecho un homenaje al llegar al estadio UNO para jugar el clásico ante Estudiantes con gorras con la inscripción “Fuerza Timo”.

El célebre entrenador nació en la localidad cordobesa de Las Palmas el 4 de septiembre de 1934 y condujo a Ferro en los únicos dos títulos que esa entidad obtuvo en el profesionalismo: Nacional 1982 y Nacional 84, con grandes figuras como Héctor Cúper, Oscar Garré, Adolfino Cañete y Alberto Márcico en el equipo. El Viejo, como lo recuerdan sus seguidores, también se destacó en Rosario Central (Campeón Nacional 1973) y Gimnasia (subcampeón en los torneos Clausura 1995 y 1996, además de Apertura 1998).

También dirigió a Kimberley de Mar del Plata en 1979, River (1987/88 – Campeón de la Copa Interamericana 1987), Unión (2002); mientras que en el exterior dirigió a Tecos de Guadalajara en México (1975/76) y a Real Betis en España (1999-2000).

Lo cierto es que, Griguol dejó su marca por donde pasó y pisó. Un sabio que daba enseñanzas de todo tipo a sus dirigidos y que impulsó a una generación para la dirección técnica como hicieron César Luis Menotti, Carlos Bilardo o Marcelo Bielsa.

Su figura quedó eternizada en la estatua que se erige en los jardines de la sede social de Ferro en Caballito, el barrio al que Timoteo siempre volvió.

Se extrañará a una figura señera que dejó huella y a la cual será difícil de reemplazar o siquiera imitar. Como pocos, con su perfil bajo y su mirada puesta en el trabajo y los resultados, dejó una marca registrada de aquello que ennoblece y enaltece a los que son dignos de ser llamados grandes. Simplemente, cada vez que se hable de futbol, en algún comentario o estrategia a seguir, se hará la referencia obligada a algún acto del gran Carlos Timoteo Griguol. ¡Hasta siempre, maestro! / tn