Victoria Villarruel, ‘una mujer que no llegó para acompañar’

Tal es la descripción de un analista político. Cuál es su perfil y el por qué de las diferencias con el presidente.

“Aquella sociedad presidente-vicepresidenta, que se mostraba inseparable en campaña y fraguó un inesperado cambio político en Argentina, lleva ahora una tensa convivencia en la cúspide del poder. Se saludan de beso en la mejilla en actos oficiales, pero no se hablan más, como ocurrió días atrás en una condecoración de policías”, publica para Associated Press, Débora Rey haciendo referencia a Victoria Villarruel y Javier Milei.

Agrega a la situación compleja: “Esta dinámica ha levantado suspicacias sobre las reales intenciones de la enigmática vicepresidenta, de 49 años, en un oficialismo que no controla el Congreso y teme por un juicio político al economista ultraliberal”.

Como es de público conocimiento, ‘Milei no oculta su fastidio y ha llegado a exponer públicamente la ruptura’.

“Ella no tiene ningún tipo de injerencia en la toma de decisiones”, declaró en una reciente entrevista. “Porque, además, ella en su visión muchas de las cosas de lo que nosotros hacemos, está mucho más cerca del círculo rojo y de lo que ella llama la alta política, que es lo que nosotros llamamos la casta”, apuntó en referencia al sistema político tradicional.

El diálogo entre ellos, admitió Milei, se limita a “lo que se necesita institucionalmente para cumplir con nuestros roles”.

Se puede decir: ¡¿Quiénes no tienen diferencias?!

Es fácil notarlas y destacarlas. Más aun cuando los actores intervinientes son las figuras públicas que mayor notoriedad tienen, ya sea por el cargo público que ostentan o por el impacto mediático que rodea sus actos.

Sus características

En la nota periodística, Débora Rey luego, describe a la actual vicepresidente como alguien, “más centrada, sin experiencia partidaria previa, hábil para el debate mediático y experta en temas de seguridad”. Además, hace referencia a ella como “el complemento ideal para el extrovertido dirigente libertario durante la campaña a la Presidencia”.

Algunos asuntos que contribuyeron a la buena imagen del entonces candidato presidencial fue que, ella era “hija de un teniente coronel que combatió a grupos insurgentes en los 70”, que si bien también es conocida por ser “sobrina de un oficial de inteligencia acusado por crímenes de lesa humanidad durante la última dictadura (1976-1983)”, se tiene presente que su postura se ubica con la “corriente de pensamiento que cuestiona el ‘Nunca más’, el paradigma dominante en política de derechos humanos tras el retorno de la democracia, que se enfoca en reconocer a las víctimas —los desaparecidos— de la represión militar”.

Ella se identifica con quienes están “a favor de una ‘memoria completa’ que busca poner en un plano de igualdad a las víctimas de los ataques perpetuados por la guerrilla izquierdista con los crímenes de lesa humanidad cometidos por las Fuerzas Armadas en la convulsionada década de 1970 en Argentina”.

En resumen, hay pensamientos de Villarruel, que Milei no ignoraba. Sabía de sus posturas fuertes y la convicción con la cual se manejaba. Eso la hizo la compañera de fórmula ideal. Pero, también: ¿una bomba de tiempo?

¿Las razones del distanciamiento?

Algo que menciona Rey que pudo ser el inicio de la mala relación actual es que “durante la campaña a la presidencia, Milei había prometido que Villarruel tendría el control de la seguridad y la defensa de su gobierno por considerarla una experta en la temática. Se especializó en la lucha contra el terrorismo en el Centro de Estudios de Defensa Hemisférica William J. Perry en Washington”.

Pero, una vez en el poder, no respetó ese acuerdo, sino que, “designó en esas áreas a dirigentes de partidos políticos aliados” y Villarruel quedó simplemente para cumplir su función constitucional. “Lo más cerca del Poder Ejecutivo que ha estado fue como reemplazo de Milei en sus viajes al exterior, tal como indica la Carta Magna”.

De allí nace, aparentemente la postura un tanto o bastante diferente de la vicepresidente.

Entonces, menciona lo que comenta el periodista Juan Luis González: “Si diseccionas los personajes con las ideologías, Milei y Villarruel no pegan ni con cola”. González “se ha especializado en la investigación del fenómeno de las nuevas derechas en Argentina”. Escribió el libro “El Loco”, en el que ‘revela el recorrido de Milei y su entorno antes de asumir el poder en diciembre’.

Entre otras cosas dice: “Milei es un libertario”.  Para rematar: “Su punto cero ideológico es que el Estado es una imposición violenta, no tiene que existir. Villarruel es una nacionalista conservadora, católica y cree en la fortaleza del Estado”.

Además, el periodismo en general, se centra en que el factor clave es “la mala relación de Villarruel con la hermana del presidente y secretaria general de la presidencia, Karina Milei, quien al parecer desconfía de las ambiciones políticas de la vicepresidenta”.

Y puede que tenga motivos, ya que la nota periodística menciona una encuesta que se llevó a cabo en octubre, donde la consultora D’Alessio IROL / Berensztein, muestra que, “Villarruel tiene una imagen positiva del 43% frente al 41% del presidente, entre 1.118 encuestados”.

Y ahí, muestra lo que dice la gente en la calle para reforzar su punto.

“Villarruel me representa, la noto muy preparada”, expresó Joanna Salcedo, una peluquera de 34 años. “Sabe de lo que habla. Me gusta su estilo, es cálida, la noto cercana a la gente. La votaría si se presenta a presidenta”.

Entre lo que profundizó la diferencia está el cuándo. “Villarruel avaló un aumento de salarios en el Senado pese a la política de ‘motosierra’ que lleva adelante Milei sobre los gastos del Estado”.

Su explicación fue: “Si a la motosierra le das y le das, después te ‘comés’ un montón de juicios laborales”, justificó. También, su viaje al vaticano después de críticas del papa.

A lo que hay que añadir su crítica a Francia, “cuando lo tildó de ‘país colonialista’ al salir en defensa de los jugadores de la selección de Argentina, en un escándalo por cánticos racistas durante la Copa América. El gobierno de Milei tuvo que pedir disculpas formales”.

Otro agregado fue cuando se logró un “acuerdo con Gran Bretaña para retomar los vuelos mensuales entre Brasil y las islas Malvinas con una escala en la provincia argentina de Córdoba, pero sin reabrir la discusión sobre la soberanía del archipiélago, que los británicos tienen cancelada desde su victoria en la guerra de 1982”.

“Todos saben lo que representa Malvinas para mí y que ese es mi límite”, expresó Villarruel, hija de un excombatiente en sus redes sociales. “La propuesta de acuerdo anunciada con el Reino Unido es contraria a los intereses de nuestra Nación”.

Como se puede ver, entre las coincidencias iniciales, hay un conjunto de diferencias, que empiezan a resquebrajar seriamente la muralla de LLA y eso es lo que manifiesta la nota de AP.

Pero, nuevamente la nota destaca que sus diferencias no son recientes, sino que fueron ignoradas durante la campaña. A lo que se puede agregar que fueron ignoradas, ya sea porque se necesitaban o porque, tal vez, no creyeron que estarían ocupando el lugar donde están. Pero, existían y ambos lo sabían.

A ello se suma el que dos mujeres se disputan el poder en la misma cima de éste, en un país donde se observa gente que, está harta de figuras dirigenciales supuestamente carismáticas, que se desafían y confrontan. A la vez, los mira con desconfianza ante los cambios difíciles que les toca vivir desde hace cuarenta años y sin ver la luz.

El perfil de Victoria Villarruel

Para el analista político Sergio Berensztein, “ella es una líder con pretensiones presidenciales. Eso la induce a diferenciarse parcialmente del presidente, un líder a quien naturalmente por sus características le gusta tomar riesgos, ir más allá”.

Lo que tienen en común con Milei, es que, ‘Villarruel no es una emergente de la política tradicional’.

Entonces recuerda un poco el pasado reciente y explica: “Mientras el mandatario cobró notoriedad como columnista económico en programas de televisión, su segunda inició su militancia a principios de este siglo como miembro de agrupaciones de esposas, hijos, camaradas y abogados de militares detenidos de la última dictadura, considerada una de las más sangrientas de Latinoamérica”.

Esto los coloca como figuras públicas controvertidas y de alto perfil, dispuestos a enfrentar los conflictos.

Destaca que “Villarruel fundó en 2006 la asociación civil Centro de Estudios Legales sobre el Terrorismo y sus Víctimas (CELTYV) con el objetivo de investigar el accionar de las organizaciones armadas de izquierda, como ERP y Montoneros. Esto la llevó a tener trato frecuente en la cárcel con algunas de las figuras más relevantes de la dictadura, como el expresidente de facto Jorge Rafael Videla, fallecido en 2013, y tres exmarinos condenados por crímenes de lesa humanidad”.

Esto contado así, parece darle legitimidad a su función en aquel entonces. Pero, por lo mismo fue cuestionada por políticos y en las redes sociales. Pero, aclarado el marco en el que sucedieron las cosas, le da otro toque a la posición de la vicepresidente, cuya imagen está en el centro de la escena pública en Argentina.

Luego repasa la historia de los últimos años y explica: “Elegida diputada en 2021 y vicepresidenta dos años después.

Hace mención de la descripción que da del crecimiento de su carrera política el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), un organismo de derechos humanos fundado en 1979. El mismo dice que esto se da en una época donde hay “un crecimiento de los discursos relativistas y negacionistas”.

Para, luego, exponer la postura del organismo: “Este tipo de posiciones representan un daño mayúsculo a la construcción social, política e institucional que simboliza el ‘Nunca Más’ para la democracia, un piso común de acuerdo y convivencia al que se comprometieron todos los gobiernos previos, los tres poderes del Estado y el Ministerio Público Fiscal”.

X >>> Victoria Villarruel: «Nunca me sentí menos que un varón»

Algo para destacar es que, “ella es la primera que, desde un alto cargo impulsa medidas concretas en línea con un revisionismo de los 70”.

Por ejemplo, describe que, en un acto en el Senado en homenaje a las víctimas de la guerrilla, “prometió reabrir las causas judiciales contra sus responsables pese a la jurisprudencia que ha declarado prescritos esos delitos”.

“Mientras no haya justicia, verdad y reparación para las víctimas del terrorismo y se termine la impunidad de estos señores, no hay posibilidad de reconciliación”, argumentó.

No hace mucho, “logró que el Senado aprobara un proyecto de reparación económica para los herederos de una docena de soldados muertos durante un ataque de un comando de Montoneros –el brazo armado del peronismo de izquierda— a un regimiento militar de la provincia de Formosa”.

¿Cómo se desenvuelve Victoria Villarruel en el rol que le toca cumplir en la actualidad?

No llegó para acompañar

“Entre la causa por la “memoria completa” y la convivencia con Milei, Villarruel también proyecta su futuro político más allá de 2027”, dice Rey.

También, cita una frase de ella en la red TikTok donde manifiesta cuál es su anhelo cuando finalice el mandato como vicepresidenta es que “los argentinos me recuerden como parte de su familia”.

Citando a Berenzstein se puede notar que, “tiene potencial porque es una figura fuerte, Argentina siempre busca caudillos o caudillas”.

El investigador la describe: “Es una mujer fuerte, típicas de la Argentina desde Evita (Perón) en adelante… Se inscribe dentro de esa tradición de mujeres argentinas que no llegaron para acompañar, no son mujeres ‘de’. Quieren poner su impronta”.

Con esa descripción se puede ver a alguien que, por diferencias estratégicas, puede que se vaya a un partido nuevo, cuando se encuentra en el pináculo del poder. Alguien con un perfil de quien ‘no llego para acompañar’ sino para definir, hacer, mostrar su valía.

Sí, ‘alguien que quiere poner su impronta’, con una convicción notoria.

¿Lo logrará? ¿Es real la diferencia? ¿O es una estrategia, largamente usada, para parecer divididos, así polarizar más personas y luego fingir un ‘limar asperezas’, sumando más    votos ante una elección?