Una mujer de 38 años fue condenada el pasado lunes a «entre 64 y 102 años de cárcel» por haber abusado sexualmente de dos menores de edad, amigos de su hija, durante una fiesta nocturna en su casa de Nebraska, Estados Unidos.
Se trata de Christina Greer, quien había sido declarada culpable en marzo pasado por un jurado de Sarpy (Nebraska) de tres cargos de agresión sexual en primer grado a un niño, seis por abuso infantil grave y dos más por manipulación de testigos, según informó AP.
«Las víctimas tuvieron que pasar por muchas cosas, por decirlo a la ligera. Espero que, con la sentencia del tribunal, las víctimas puedan encontrar algún tipo de cierre y puedan seguir adelante con sus vidas», sostuvo Phil Kleine, funcionario de la oficina del fiscal del condado de Sarpy.
La mujer se enteró de que se estaba llevando a cabo una investigación policial por el abuso sexual, por lo que les pidió a ambos niños no hablar sobre lo ocurrido y borrar cualquier evidencia de sus teléfonos.
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Sin embargo, la Policía logró recuperar del celular de una de las víctimas unas imágenes con contenido sexual explícito que implicaba a Greer y a las niñas.
Según testificó la hija de la acusada y según consignaron los investigadores, los aberrantes hechos tuvieron lugar en pijamadas organizadas por la hija de Greer, de 11 años, en 2017 y 2018.
Allí, la madre permitió y hasta ofreció a los menores de edad bebidas alcohólicas y bocadillos con marihuana entre los niños y adolescentes que asistían a esas reuniones.
Lo peor de todo fue cuando se comprobó que la mujer había abusado sexualmente de dos nenes de 12 y 13 años. En ese sentido, a la Justicia no le tembló el pulso para dictar la severa sentencia.
Durante una audiencia previa al juicio, la niña dijo que su madre la había llevado a un supermercado a comprar alcohol para las fiestas y que había servido bebidas a los demás compañeros. Además, la chiquita aseguró haberla escuchado con uno de los invitados mientras lo violaba en una de las habitaciones de la casa.