Las autoridades bolivianas confirmaron la madrugada de este sábado 13 de marzo la detención de la expresidenta boliviana Jeanine Áñez, a quien el gobierno acusa de «terrorismo, sedición y conspiración» por los hechos de noviembre de 2019 que terminaron en un supuesto golpe de Estado contra el exmandatario izquierdista Evo Morales en 2019, según informó el ministro de Gobierno, Carlos Eduardo del Castillo.

«Informo al pueblo boliviano que la señora Jeanine Áñez ya fue aprehendida y en este momento se encuentra en manos de la policía», confirmó el ministro en sus cuentas de Twitter y Facebook.

Poco después de que se confirmara su detención, la expresidenta interina del país andino denunció a través de un tuit un acto de «abuso y persecución política» por parte del partido Movimiento al Socialismo (MAS): “Denuncio ante Bolivia y el mundo, que en un acto de abuso y persecución política el gobierno del MAS me ha mandado arrestar. Me acusa de haber participado en un golpe de estado que nunca ocurrió. Mis oraciones por Bolivia y por todos los bolivianos”, escribió.

“La persecución política ha comenzado. El MAS ha decidido volver a los estilos de la dictadura. Una pena porque Bolivia no necesita dictadores, necesita libertad y soluciones” expresó Áñez en un tuit, en el que también adjuntó la denuncia en su contra. En ese sentido, la expresidenta fue detenida en Trinidad, la capital de la provincia nororiental de Beni, y luego trasladada a La Paz.

Sin embargo, la expresidenta derechista no fue la única acusada de los delitos de “sedición, terrorismo y conspiración” por parte de la Fiscalía de Bolivia, dado que cinco de sus ministros tendrán el mismo final, teniendo en cuenta que dos de ellos ya fueron detenidos. Se trata del ex titular de la cartera de Energía, Rodrigo Guzmán, y el de Justicia, Álvaro Coimbra.

Los otros ministros alcanzados por la orden son: Arturo Murillo (ministro de Gobierno), Yerko Nuñez (Obras Públicas, Servicios y Vivienda, y Presidencia), Luis Fernando López (Defensa). A su vez serán detenidos algunos ex miembros del alto mando militar como el almirante Palmiro Jarjuri, Jorge Gonzalo Terceros y Gonzalo Mendieta.

Por su lado, Lidia Patty, exlegisladora del MAS, había denunciado en diciembre pasado que el gobernador de Santa Cruz (este) y candidato en las presidenciales, Luis Fernando Camacho, junto con Áñez, varios exministros, exmilitares, expolicías y civiles, instigaron a las protestas que derivaron en la salida de Morales en noviembre de 2019, tras 14 años en el poder.

La renuncia de Morales se dio en medio de protestas después de unas elecciones calificadas como “fraudulentas”. Por ese motivo, Áñez lo reemplazó constitucionalmente y ejerció el Gobierno hasta noviembre de 2020.

Jeanine Áñez renunció a la candidatura presidencial «para cuidar la democracia».

Los antecedentes

Evo Morales participó de las elecciones en octubre de 2019 con el objetivo de lograr un cuarto mandato presidencial consecutivo, decisión que fue cuestionada por varios, quienes señalaban que estaba impedido por la Constitución y un referéndum de 2016.

No obstante, el exmandatario logró la habilitación para los comicios, en los que, luego de la votación, se proclamó ganador. Ante este escenario, una serie de denuncias sobre irregularidades en la jornada electoral desataron protestas que se extendieron durante tres semanas. En ese entonces, la policía optó por amotinarse y el alto mando de las fuerzas armadas pidió a Morales dar un paso al costado.

El 10 de noviembre, horas después de que se conociera un informe preliminar en el que la Organización de los Estados Americanos (OEA) en el que decía que los resultados de la elección no eran fiables, Morales renunció a su cargo. Estuvo asilado en México y Argentina antes de volver a Bolivia a finales de 2020, tras la asunción presidencial de su delfín político Luis Arce Catacora.

Fuente: CFT/HB