El gobierno de Dinamarca decidió quitar a la vacuna de Oxford-AstraZeneca del plan de inmunización que está llevando adelante para paliar los contagios y las muertes por coronavirus.
De acuerdo a la información de AFP, la suspensión con la inoculación de las dosis de la empresa anglo-sueca retrasaría por lo menos tres semanas el plan que lleva adelante el estado danés.
Actualmente, en el país se encuentran vacunados el 8% de sus 5, 8 millones de habitantes con el esquema completo, y un 17% recibió una sola dosis.
Uno de los objetivos que se habían planteado los funcionarios de salud era inmunizar a todos los mayores de 16 años para julio.
«Si Dinamarca estuviera en una situación completamente diferente y en medio de un tercer brote violento, por ejemplo… entonces no dudaría en usar la vacuna», sostuvo el director de la Junta Nacional de Salud, Søren Brostrøm respecto a la situación sanitaria del país.
El funcionario agregó que la decisión se tomó porque Dinamarca tiene inmunizada a la mayor parte de su población de riesgo y la epidemia está bajo control, y esbozó que los beneficios de la vacuna superan a los riegos.
Sin embargo, Brostrøm afirmó que la suspensión en el uso de la vacuna de Oxford-AstraZeneca ocurría para prevenir «raros efectos secundarios», un argumento calcado al que había hecho la Agencia Europea de Medicamentos el pasado 7 de abril.
En esa línea, desde el Hospital Nacional de Oslo, en Noruega, concluyeron que los casos de coágulos responden a «una potente respuesta inmune» que se desencadena en los inmunizados luego de aplicada la vacuna.
«Existe una eventual reacción cruzada entre la vacuna y un bajo número de plaquetas. Sabemos también que existe una conexión temporal. La reacción ocurre de uno a diez días tras la inoculación con AstraZeneca», aseguró Brostrøm sobre los datos que obtuvo el gobierno danés para tomar la decisión.
El COVID en Dinamarca
En el país se dieron dos casos graves de coágulos sanguíneos en personas que habían recibido la primera dosis de la vacuna. Uno de ellos falleció. Por eso, el 11 de marzo las autoridades del país nórdico suspendieron la aplicación de Oxford-AstraZeneca para estudiar sus efectos y esta semana confirmaron definitivamente dejar de inocular a su población con las dosis.
Mientras tanto, el gobierno danés deberá decidir qué hacer con las 200 mil vacunas de la vacuna anglo-sueca que todavía ocupan sus freezers. El miércoles de esta semana arribaron al país las primeras dosis de Johnson & Johnson, la vacuna de una sola dosis que está siendo investigada en Estados Unidos por la aparición de coágulos sanguíneos. Esto originó que los norteamericanos dejaran de distribuir la vacuna hasta tener mayores especificaciones sobre sus efectos.
Los propios norteamericanos todavía no autorizaron la aplicación de AstraZeneca en el país, al igual que Suiza y en América Latina, Venezuela. Se espera que en Noruega se anuncie hoy cuál es su decisión respecto a la vacuna. Finalmente, vale constatar los dichos de la Organización Mundial de la Salud y el propio director de la Junta Nacional de Salud de Dinamarca, Søren Brostrøm, y afirmar que los beneficios de la aplicación siguen siendo mayores que los riesgos.
Fuente: Perfil