El rugby es un deporte donde las edades en las que se inician los jugadores se van acortando.

Es por eso que todas las divisiones de Rugby Infantil del Club San Martín iniciaron una movida para incentivar, tanto a niños como a padres, para que experimenten los beneficios que trae para la salud practicar este deporte.

Los beneficios del rugby a cortas edades se pueden resumir en el siguiente listado:

Es un deporte de aire libre

En tiempos en los que los niños están sometidos a una carga bastante importante de deberes y pasan un buen puñado de horas frente a las pantallas, es innegable que la vida al aire libre se echa de menos.

El rugby es un deporte que se practica al aire libre. En campos de césped artificial o natural y sean cuales sean las condiciones climáticas con las que toque jugar. Ésto permite a los niños recuperar el contacto natural con el medio ambiente, tan necesario para su salud.

Es un deporte de equipo

El hecho de practicarse en equipo, en contraposición a los deportes individuales, aporta a los niños el sentimiento de pertenencia a un grupo de pares. Y más que en cualquier otro deporte, el equipo es en rugby más importante que la suma de los jugadores individuales.

Los pequeños generan vínculos y amistades al practicar un deporte de equipo. Cualquiera que haya jugado en algún momento de su vida al rugby te dirá que los amigos del rugby son para toda la vida.

Esa socialización a través del deporte será uno de los pilares de su realización futura como adulto. El rugby brinda la confianza necesaria para sentirse un miembro importante de su grupo de pares. Ésta seguridad le acompañará el resto de su vida y se manifestará a través de su autoestima y confianza en sí mismo.

La disciplina es una condición necesaria

El rugby es un deporte de contacto y por ello muchas veces se lo ha juzgado desde el desconocimiento como un deporte brutal o peligroso. No obstante, es uno de los deportes en los que más se trabaja la disciplina.

Tanto entrenadores como jugadores asumen los valores del rugby desde el principio. Éstos valores nos hablan del respeto hacia los compañeros, árbitros y contrincantes.

La falta de disciplina se sanciona y además es, como en ningún otro deporte, motivo de vergüenza. Los logros se promueven en base al juego limpio y al entrenamiento. Para ambas cosas la disciplina es condición imprescindible.

Se fomenta el respeto a la diversidad

En el rugby tienen cabida todo tipo de jugadores. Hay una función para cada habilidad y para cada tipo de cuerpos. Juegan y son necesarios tanto los altos como los bajos, los flacos como los gordos… Cada uno aporta al equipo su particularidad y todos son bienvenidos.

El respeto va en todas las direcciones

Lo que decíamos: al rugby juegan tanto niños como niñas, altos o bajos, los más y los menos rápidos… ésto hace del rugby un deporte inclusivo. E inclusión es sinónimo de respeto. Se inculca el respeto a los rivales, a los compañeros, a los árbitros y entrenadores como regla de oro. Por lo tanto cada jugador recibe también el respeto de los demás.

Los rivales no son enemigos

En rugby se considera que un equipo juega ‘con’ otro en la cancha, y no ‘contra’ otro. Ésta es otra gran enseñanza del rugby para la vida: la tolerancia.

En el tercer tiempo, los equipos se reúnen después del partido para compartir momentos de charla, comida y bebida. En ese momento se humaniza la relación con el contrincante.

Además de estar “entrenados en el respeto”, los pequeños aprenden en el tercer tiempo a desarrollar la empatía. A valorar que en un rival deportivo se puede encontrar a un amigo. A dejar la competición de lado al salir del campo y estrechar vínculos con otros niños a los que ve como pares y no como enemigos.

En San Martín apuestan al Rugby infantil

Aprenden a superarse

El rugby es un deporte que puede practicarse por todo tipo de personas. Pero no es un deporte fácil. Requiere esfuerzo. Hace falta entrenar táctica, resistencia, fuerza, velocidad, reflejos, etc.

La mayoría de los niños que prueban al rugby deciden quedarse por el ambiente acogedor que se genera en los equipos. A partir de entonces, la motivación empieza a surtir efecto.

Los niños quieren hacerlo cada vez mejor y buscan la manera de superar sus dificultades para aportar mayores beneficios a su equipo. Cada jugador es considerado una parte fundamental de un engranaje que los necesita para conseguir metas. Empieza entonces esa maravillosa búsqueda de superación personal.

Los niños aprenden además a desarrollar el sentido de cooperación en grupo en pos de los objetivos del equipo. Así aprenden a buscar dar lo mejor de ellos mismos por el bien del equipo.

¡Es divertido!

El rugby es ante todo un juego. Divertido como pocos. Implica correr, tirarse al suelo, lanzar el balón, marcar, patear, saltar… Y es que el deporte infantil necesita tener ese aspecto lúdico. Debe ser ante todo un juego. Y el rugby es sin duda el juego más divertido que hay!

No hay peligro

Como decíamos anteriormente, uno de los fantasmas que ensucian la imagen del rugby, es la percepción de deporte peligroso que lleva asociada. Es verdad que es un deporte de contacto, y aunque no es tan peligroso como se lo percibe debes saber que el rugby infantil tiene sus reglas particulares por las que los riesgos se minimizan al máximo.

Con información de jugaralrugby.com