“Urgencia y Memoria” es un manifiesto y un homenaje musical de su autor Juan Carlos Banegas, quien afirma: “es una canción de esas que uno no quisiera componer ni cantar”; porque estamos hablando de la necesidad de acabar, con medidas concretas, con una violencia sistemática y siniestra, la violencia de género, hacía la mujer, por su condición de mujer. Una violencia que empieza desde los patrones del árbol genealógico, pasa por la gestación, la infancia, y puede terminar en la peor de las muertes, una que es contranatura: el femicidio.

“Ellas no aparecen muertas”: canta Juan Carlos Banegas en la primera estrofa. Y hablamos de homenaje porque se trata de recordar y reivindicar a las asesinadas, a las explotadas, a las proletarias, a las luchadoras, a las activistas, a las sanadoras, a las marginadas, a las violentadas, discriminadas, a las que tienen conciencia de su bienestar y se ponen al hombro la tarea de que todas tengan las mismas posibilidades.

Cabe destacar que el cantautor hace hincapié en sus versos en lo que hoy conocemos como micromachismos y mecanismos de manipulación. Por eso postula, por ejemplo, con una melodía firme y potente, que de nada vale un regalo después de una situación de maltrato.

Juan Carlos Banegas es de Olavarría, provincia de Buenos Aires, y su provincialidad está presente en su humildad, en su proceso creativo y en su modo de decir las cosas que se deben de decir. Cantor popular comprometido con los hechos sociales, síntomas de una sociedad que necesita cambiar. Sin embargo en su hacer artístico general Juan también rescata el lado luminoso de la vida. Pues es un trovador, un soñador práctico de un mundo mejor: vivible, término revolucionario de la filósofa Judith Butler.

El video clip se expone para todo el país y el mundo con un videoclip realizado por Lazcoz Producciones.

Y en una canción dedicada a las mujeres, no podía faltar la presencia femenina. María Inés Banegas, una de las estatuas vivientes más reconocidas del país, y gestora cultural de este ámbito artístico, nos ofrece una dramatización desde la empatía y el profesionalismo, pues no cae en el sensacionalismo; cada movimiento es un acto estético y ético.

Ayelén Francou, artista chaqueña, integrante del disco Cantoras.ar, de la productora antes mencionada, le aporta a esta obra musical un dúo que nos recuerda que la violencia de género no es un tema de sexo sino de un paradigma universal que se sustenta en una hegemonía que no conoce, comprende ni conecta con lo sagrado femenino. La chaqueña también aporta su composición con el ritmo y las palabras de la mujer oprimida por distintas relaciones de poder e injusticias. Un rap provocador donde la voz de la mujer a partir de la protesta urbana irrumpe fuerte y decidida.

Fuente: Gonzalo Soraire/almamusic