El lunes, cerca de las 17, el deportista salió a dar una vuelta con sus amigos, como lo hace normalmente. Eligieron la ruta de siempre que está cercana a la Escuela de Agricultura y Sacarotecnia de la Universidad Nacional de Tucumán. Circularon por los senderos y llegaron a una finca de limones que está pegada a una de paltas.
“De pronto y de la nada, aparecieron tres jóvenes con machete. Comenzaron a amenazar a mis compañeros. Al observar todo lo que estaba pasando, decidí ocultarme. Es lo único que atiné a hacer en ese difícil momento”, indicó García. “El hecho fue muy violento. Estaban sacados, a los gritos pedían que les entregaran las bicis. Hasta los golpearon con los machetes”, añadió.
El resto de la historia es conocida por los que sufrieron este tipo de delito en los últimos tiempos. “Salieron corriendo y se ocultaron en medio de los matorrales. El problema de ese lugar es que es una finca abandonada y los pastos tienen la altura de una persona”, comentó García.
La víctima relató que, después de escaparse, se topó con otro grupo de bikers integrado por tres chicos y una madre. Llamamos a las autoridades. “No me puedo quejar. En menos de cinco minutos llegaron los bicipolicías que custodian la zona, los vigías de la GUM y más policías en moto. Entre todos hicieron un rastrillaje, pero no encontraron a nadie. Era lógico, porque es muy fácil esconderse en esa zona”, agregó García.
Más allá de esta polémica, García reconoció que circularon varias versiones sobre el destino de las bicicletas. “Algunos dijeron que las vieron en la zona del barrio Congreso y otros explicaron que las habían publicado en Facebook pidiendo rescate. Pero hasta el momento no tenemos ninguna novedad”, comentó.
El contador Esteban Riarte dijo que se enteró del caso a través de los grupos de WhatsApp. “Seré muy sincero: hubo este robo porque hay alguien que se mostró interesado en tenerlas. No son bicicletas comunes, sino que son especiales y muy costosas. Es lo que buscan los delincuentes para venderlas en el mercado negro. Y lo hacen porque siempre consiguen un comprador. Hay que terminar con esa maldita costumbre”, opinó.
“Ahora más que nunca los bikers tenemos que estar atentos. Ese espíritu de camaradería debe crecer. Hay que denunciar si es que alguien la está poniendo a la venta en las redes sociales o si piden un rescate por ella. Tenemos que acabar con ese mercado negro”, sentenció Hugo Díaz.