La medida sobre PAMI fue dispuesta por la Confederación de Asociaciones de Diálisis «ante la falta de respuestas a los recurrentes pedidos de los nefrólogos con respecto a la actualización del arancel de los servicios»
El presidente de la Confederación de Asociaciones de Diálisis de la República Argentina (CADRA), Miguel Discépolo, anunció que desde el lunes próximo todos los centros privados de diálisis del país se verán imposibilitados de recibir nuevos pacientes derivados por el PAMI.
PAMI (Programa de Atención Médica Integral) es la obra social de jubilados y pensionados, de personas mayores de 70 años sin jubilación y de ex combatientes de Malvinas que opera en Argentina bajo el control estatal federal
La medida fue dispuesta «ante la falta de respuestas positivas de las autoridades de la obra social de los jubilados a los recurrentes pedidos de los nefrólogos con respecto a la actualización del arancel de los servicios, prácticamente sin aumentos significativos desde hace bastante tiempo».
Nefrólogos
Discépolo informó que CADRA envió una carta documento a las autoridades del PAMI, expresándoles «la gravedad de la crisis que afecta a los centros de diálisis del país», advirtiendo, además, que si no se actualizaba el valor del arancel, en agosto no estarían en condiciones de recibir nuevos pacientes del organismo.
En caso de persistir el conflicto, desde el 5 de setiembre próximo se suspendería también la atención de los pacientes en tratamiento, quienes seguirán recibiendo el servicio hasta que el PAMI indique la derivación.
«Ante este escenario, peligra la continuidad laboral de muchos centros de diálisis de todo el país en donde se atienden más de 30 mil pacientes», se advirtió en un comunicado.
El titular de CADRA informó que desde PAMI ofrecieron constituir una mesa de trabajo conjunta para que, en el término de 60 días, se conforme un análisis de costos para determinar el valor de la prestación.
La propuesta -dijo- «fue desechada de plano por cuanto hoy tenemos que resolver un problema mayúsculo que es el desfasaje entre el costo que demanda la práctica y el valor del módulo, distorsión agravada por el tipo de cambio de incidencia directa en insumos y tecnología importados que conlleva la prestación médica, además de las paritarias y el impacto de las tarifas de servicios públicos».