Desde sus orígenes el lunfardo mantiene una vigencia silenciosa pero sólida en la manera de expresarse de los argentinos.
Índice
Los inicios del Lunfardo Argentino
Cuando la inmigración europea caracterizó las postales de Buenos Aires y sus conventillos, a fines del Siglo XIX y principios del Siglo XX, se empezaron a desarrollar y transmitir en los barrios de la ciudad un conjunto de palabras, expresiones y epítetos utilizados por quienes se vinculaban con este nuevo estrato social argentino.

Estigmatización
El lunfardo fue estigmatizado rápidamente por las altas alcurnias del Río de la Plata, se le atribuía la condena de ser la jerga de los delincuentes y de la clase baja.
Sin embargo, a raíz de su aceptación y el uso generalizado por parte de los habitantes de la región, esta jerga termino estableciéndose en los discursos cotidianos de todas las clases sociales.
La importancia del Tango
La música popular de ese tiempo generó un efecto expansivo que catapulto al lunfardo. Muchas letras del Tango utilizan los términos propios del «chamuyo» de la cuestionada jerga.

En la riqueza de sus términos confluyen alteraciones silábicas que conforman palabras nuevas, idiomas como el cocoliche, el habla de la cultura gauchesca, y hasta expresiones de lenguas aborígenes como el quechua y el guaraní.
Vigencia del Chamuyo
Para entender vigencia del lunfardo en la actualidad solo vasta con leer la letra de una Milonga Lunfarda, compuesta por el cantante argentino Edmundo Rivero.
En este hermoso país que es mi tierra, la argentina,
La mujer es una mina y el fueye es un bandoneón.
El vigilante, un botón, la policía, la cana,
El que roba es el que afana, el chorro un vulgar ladrón,
Al zonzo llaman chabón y al vivo le baten rana.
La guita o el vento es el dinero que circula;
El cuento es meter la mula, y al vesre por al revés.
Si pelechaste, tenés, y en la rama si estás seco.
Si andás bien, andás derecho; tirao, el que nada tiene,
Chapar es, si te conviene, agarrar lo que está hecho.
El cotorro es el lugar donde se hace el amor.
El pashá es un gran señor que sus mangos acumula.
La vecina es la fulana, el tordo es algún doctor,
El estaño un mostrador donde un curda se emborracha,
Y si es que hacés pata ancha te la das de sobrador.
El que trabaja, labura; quien no hace nada es un fiaca,
La pinta es la que destaca los rasgos de tu apostura.
Mala racha es mishiadura, que hace la vida fulera.
La cama es una catrera y apoliyar es dormirse.
Rajar o piantarse es irse, y esto lo manya cualquiera.
Y que te van a contar, ya está todo relojeado.
Aquello visto, es junado, lo sabe toda la tierra.
Si hasta la real academia, que de parla sabe mucho,
Le va a pedir a pichuco y a grela, con su guitarra,
Que a esta milonga lunfarda me la musiquen de grupo
Nuevas palabras
A pesar de haber transcurrido más de cien años desde su aparición, es común ver como año a año siguen surgiendo nuevas expresiones populares que ameritan ser incorporadas al diccionario lunfardo. «Finde» (fin de semana), «Vitamina» (cocaína), «Cantina» (persona que gusta embriagarse con alcohol en locales bailables), «Churro verde» (porro), «Perra» (atorranta), «Chapita» (loca), «Travesaño» (travesti), «Fumanchero (fumador de marihuana), son solo algunos de los términos recientemente incorporados a la lista de más de 15.500 expresiones.
Puedes conocer más términos «bien argentinos» en el Diccionario Lunfardo.
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